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¿Qué está pasando en la puerta del Sol?

El 9 febrero siete mujeres de la Asociación Ve La Luz decidieron sentarse frente a una mesa en Sol y hacer huelga de hambre indefinida. Es la cuarta huelga de hambre que ellas hacen en contra de la violencia machista, en la que llevan años y años de lucha. No sólo piden que el maltrato por razón de ser mujer sea cuestión de estado, también están reclamando un gabinete de crisis porque se trata de terrorismo machista. Aunque parezca que no, se lo están poniendo fácil a las instituciones, son 25 las medidas que tienen en la mesa, concretas, sencillas y razonables. Diferentes colectivos feministas compuestos por mujeres jóvenes y personas conocidas en el movimiento feminista, como Pamela Palenciano, se han unido a esta lucha por el derecho a vivir siendo mujer.

Una de las activistas en huelga de hambre explica que en la anterior huelga hace un año y medio “si que nos apoyaron en la medidas pero de facto seguimos igual (…) hace falta compromiso real y está en las manos del gobierno”. Entre las medidas que ellas piden al gobierno es fundamental el reconocimiento de víctima a la mujer cuyo hijo haya sido asesinado por violencia machista, así como el reconocimiento a aquel niño que haya quedado huérfano por la misma razón. También explican y piden que se debería reconocer como víctimas a abuelos, hermanos o parejas ya que son los que engrosan las listas de bajas.

Carpa de las mujeres de la asociación Ve La Luz en la Puerta del Sol/Ana Delgado

Otra de las medidas, teniendo en cuenta la consideración de víctima, es poder acceder a la “escasa cuantía” que se da por padecer esta lacra, además de atención psicológica y terapia continuada para el bienestar de los afecctados, con especial énfasis en las medidas que velen por la protección de los menores. También piden un plan de prevención que empiece en los colegios y que se extienda a diferentes ámbitos de la vida como el social, cultural, sanitario y laboral entre otros.

Hablando del ámbito laboral, especificaron que debería establecerse y regularse cierta preferencia a la hora de contratar para un trabajo a estas mujeres y demás víctimas en el ámbito público, habiendo beneficios para aquellas empresas que contraten a este colectivo. La mujer que salió a explicar este resumen de las 25 medidas puestas sobre la mesa insistió en que, sobre todas las cosas  “se escuche la voz de las mujeres que hemos podido salir de este terror”.

Desde que estas mujeres se animaron a plantarse en Sol y hacer otra huelga de hambre ha incrementado considerablemente el número de las asesinadas. Alegan que en la plaza no se ha presentado nadie –refiriéndose a los miembros del parlamento–, y eso que están a casi 250 metros, en una plaza adornada de zapatos rojos y velas. Y hacen un llamamiento a todas las mujeres para luchar codo con codo; “Quiero que denunciéis cada día más, quiero que os reveléis cada mañana (…) no os convoco hoy, os convoco ya, hay que llenar la plaza (…) ¿O queréis más zapatos aquí? ¿los vuestros?” concluye Gloria Vázquez, una integrante de Ve La Luz que está haciendo la huelga.

“No nos mires, únete”

El 19 de febrero Pamela Palenciano  decidió unirse a la protesta y apoyar la huelga de hambre interpretando su monólogo No sólo duelen los golpes en la puerta de Sol. Pamela cuenta cómo fue su relación con su expareja (Antonio) quien la hizo sentir pequeña e insignificante. Escenifica a Antonio de manera cómica pero a la vez muy real, es por esto y por la intensidad de su historia, sin necesidad de adornos, lo que ha hecho de este monólogo algo atractivo para todos los públicos y un señuelo para los medios de comunicación. Sin embargo, la interrupción de Comisiones Obreras, que ese mismo día tenía planeado hacer en Sol una protesta por el encarecimiento de la vida, salarios y empleos dignos, casi impidió que Pamela pudiera acabar su monólogo. Aun así, los aplausos fueron igual de fuertes que en otra ocasión.

Tras Pamela se comenzaron a organizar diferentes colectivos feministas jóvenes. El 20 de febrero a las 20:00 h el colectivo feminista Las Malas Hierbas convocó una asamblea abierta con perspectiva a apoyar a las mujeres en huelga de hambre. El objetivo era plantear una línea de acciones inmediatas y apoyar a las compañeras de Sol. La plaza se llenó de jóvenes dispuestas a luchar.

A pesar de que no se oía muy bien por el ruido y la falta de medios ya que sólo tenían un megáfono con pequeño micrófono incorporado, se pudo llegar a unas cuantas conclusiones y se formaron cuatro grupos de trabajo. El grupo de acampada que se encarga de proteger a las huelguistas durante la noches, el grupo encargado de cartelería y difusión, otro para la organización de talleres y otro grupo llamado «acción artística». Se especificó que todas las decisiones deben tomarse teniendo en cuenta a las protagonistas de la causa, las mujeres de Ve La Luz.

Ahora, en la plaza se escucha la típica frase feminista que escuchamos en todas las manifestaciones “No nos mires, únete” para atraer al movimiento a más chicas jóvenes o mayores, inquietas por saber qué está pasando en la puerta del Sol.

Mujer con máscara realizando una performance reivindicativa el 14 de febrero en apoyo a la huelga de hambre/Ana Delgado

Cuestión de tiempo

“No podemos pensar a largo plazo” dijo una de las participantes de la asamblea abierta de jóvenes feministas. Las activistas no pueden estar mucho tiempo a merced del hambre y del frío, ni otras mujeres en situación de maltrato, a merced de sus maltratadores. Para las feministas la violencia de género no es sólo cuestión de estado, también es cuestión de tiempo. El 22 de febrero en la plaza del Sol, en mitad de todo el cuadro artístico de zapatos rojos y máscaras blancas,  estaba escrito en un cartón: “Marca España. 21 asesinadas. 15 reconocidas por el ministerio. 1 asesinada cada 2’5 días. 4 asesinadas hoy (22F)”, cifras que demuestran que la violencia de género en España aún no es tomada como es debido.

A la vez que se tiñe de rojo con los zapatos que representan el horror machista, la plaza del Sol se viste de morado. Los diferentes colectivos feministas pusieron en marcha la concentración del 22 de febrero que fue todo un éxito. También han llevado a cabo diversas actividades como un micro abierto de poesía y música, un taller de clown, y los conciertos de La Otra, Las Rebeldes, así como el de Marta Espinosa. También han organizado la representación teatral “delirios de una payasa” y el taller “degustando placeres” y todo lo demás que queda por hacer y que se está gestando entre las más jóvenes dispuestas a vivir a pesar de ser mujeres. La plaza del Sol está llena todos los días, se escuchan diferentes frases reivindicativas. Activistas de todas las edades gritan sin miedo “Basta ya, ni una más, no queremos, ni una menos”.

Cartel «contra el maltrato no hay trato» y carpa. Puerta del Sol/Ana Deglado

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