Soy una propiedad de facebook.
Soy una cobaya para los sloganeros electorales.
Para los poetas publicistas.
Una pequeña pieza del mecanismo que enriquece a los fabricantes de mecanismos.
Eso soy.
Mi sí tiene un precio demasiado alto.
Mi no no vale gran cosa.
(Hasta que lo digo a coro).