Quizá hayan escuchado alguna vez el termino psicólogo, si bien lo repiten para sí mismos, verán como automáticamente (en la mayoría de los casos) les viene a la cabeza la idea de problema, enfermedad mental, vergüenza, etc.
No se asusten, ustedes son objeto de un “condicionamiento clásico”; o lo que es lo mismo, la exposición de un estímulo neutro junto a un estímulo condicionado, provoca una respuesta condicionada en un sujeto, lo que llevará a provocar una respuesta condicionada ante la muestra de ese estímulo neutro. Esto tan complejo, camaradas, es lo que descubrió nuestro amigo fisiólogo Pavlov cuando en un experimento con perros observó cómo éstos salivaban ante el sonido de una campanilla. Claro está que a continuación se les servía la suculenta comida. ¡La campanilla se había convertido en el estimulo!
Al término psicólogo le ha pasado exactamente lo mismo. Lo hemos relacionado tantas veces con cosas de aspecto negativo como las arriba señaladas que hemos condicionado su significado devaluando todo lo que hay detrás. Y es que hay que diferenciar tan solo una cosa, la psicología tiene un campo vastísimo de aplicaciones, una de ellas, claro está, es la aplicación clínica; y su campo de trabajo está acotado a encargarse de investigar factores, evaluar, diagnosticar y apoyar a la recuperación y prevención que afecten a la salud mental en condiciones que puedan generar malestar y sufrimiento al individuo humano.
Otro campo de trabajo de la psicología está en el deporte, en el deportista, en el entorno del deportista, familia, entrenadores, directivos… Pero el objeto de la misma es totalmente distinto al de otra disciplina aplicada, la esencia de tal psicología consiste en aumentar el rendimiento en el deportista.
De tal manera que cuando se afirma “Mens sana in corpore sano” nos llama la atención que la mente y el cuerpo están estrechamente atados. La mente dirige, regula, ordena… Es factor clave de nuestros resultados, tanto de nuestros éxitos como de nuestros fracasos. Por lo tanto cuanto más controlemos nuestra mente y nuestros sentimientos, menos se verá mermado el rendimiento.
El rol del psicólogo deportivo consiste en entrenar al deportista en el manejo de técnicas y destrezas psicológicas, que le permitan controlar pensamiento, emoción y ejecución deportiva, con el fin de alcanzar un rendimiento óptimo.
Por último, me gustaría acabar con esta frase que resume muy bien lo que he tratado de explicar.
“Es la mente quien mueve el cuerpo; Si aquella está bien, éste nos obedece”
Fuente del texto:
Elaboración propia
Fuentes de las imágenes
Psicología y deporte: http://cuestionentrerriana.com.ar/organizan-seminario-de-psicologia-deportiva/
Apuestas Online: http://www.apuestasonline.com/blog/wp-content/uploads/Rafael-Nadal2.jpg