La recuerdo a versos y volúmenes.
Sujetaba con sus manos dos universos:
Una porción de madrugadas en la izquierda,
en la otra, un amor que no ha aprendido a irse.
Los acariciaba. Los enredaba con la aurora
como la música de los pájaros o las voces de los búhos.
Rumbé a su casa seguido por una oda
que vigilaba el camino con curiosa adicción.
Las aceras eran ojerosas y los muros oscuros
por tanto humo, miedo, rímel o tristeza.
Saltamos sobre los árboles enanos
y púrpuras gotas de lluvia que hacían de mariposas.
Entramos y la vi desnuda. Sus piernas eran de fuego
y no me quedó más remido que amarla de múltiples formas.
La oda se impregnó en su pecho como un tatuaje.
En el exergo de su única edición de piel.
Aún la recuerdo: sujetando con sus manos
nuestra madrugada y a la oda de versos encuentros.
Fuente de la imagen:
Taberna Crítica
Cuántas imágenes proyecta ese poema, que sana envidia a quien se lo has escritos. Full inspiración y recursos de la naturaleza para describir….
Es admirable la forma en que puedes plasmar en letras y verso, un sentimiento tan sublime como el amor. Nunca pierdas esa sensibilidad.