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Búsqueda de soluciones a los conflictos en Kiev

Las protestas en la capital ucraniana detonaron hace dos meses cuando el Gobierno decidió aplazar indefinidamente la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, previsto para el mes de noviembre de 2013. Crispados con las sucesivas manifestaciones en Kiev, la mayoría parlamentaria oficialista ratificó en enero una serie de leyes que delimitaban el derecho de reunión y otras libertades civiles.

Euromaidankiev. Foto de WikicommonsDe nuevo, el movimiento de protesta popular contra el presidente Viktor Yanukovich, los conocidos como Euromaidán, expresaron su inconformidad ante este acto con más violencia que concluyó con un saldo de seis fallecidos y centenares de heridos. Las autoridades y la oposición decidieron acabar con esta situación y comenzaron las negociaciones en las que los litigantes consiguieron sus principales objetivos, excepto el adelanto de las convocatorias de elecciones presidenciales y parlamentarias. Yanukóvich ha señalado en un comunicado que el Gobierno ha cumplido con muchos de los esfuerzos pactados en los últimos días para facilitar el fin del conflicto como la ley de amnistía –retirada de los cargos contra participantes de las manifestaciones antigubernamentales, con la condición de evacuar los edificios públicos ocupados-, la dimisión del primer ministro Nikolái Azárov o la abolición de las leyes represivas para acabar con la violencia de las revueltas.

El dirigente del partido nacionalista Svoboda, Oleg Tiagnibok, aseveró que los revolucionarios no abandonarían los edificios ocupados pues la ley de amnistía convierte en prisioneros a los manifestantes detenidos. El líder insistió en que la ley había sido decretada quebrantando el reglamento, pues se eligió sin consenso previo.

Viktor Yanukovich. Foto de WikicommonsEl Presidente, sin embargo, acusa a la oposición de seguir con la oleada de violencia en vez de tratar de apaciguarla. Ha publicado un comunicado en su página web donde pide la baja por enfermedad por dificultades respiratorias y fiebre y agrega: «Me dirijo a vosotros con un sentimiento de gran ansiedad y preocupación por las vidas y la salud de muchas personas implicadas en el conflicto por políticos irresponsables». No obstante, aunque todo son buenas palabras por parte del gobernador, líderes de otros partidos han declarado su incredulidad al respecto: «Esto huele a enfermedad diplomática», ha juzgado Rostislav Pavlenko, miembro del partido Udar, «Permite a Yanukovich no promulgar leyes, no reunirse con la oposición y ausentarse de las decisiones para resolver la crisis política”.

Por su parte, Catherine Ashton, jefa diplomática de la Unión Europea, ha exigido el fin de la violencia y un auténtico diálogo entre ambas fuerzas, llegando incluso a amenazar con sancionar al país ya que la responsabilidad final de lo ocurrido recae en las autoridades que ejercen el poder. También, la canciller alemana, Angela Merkel, otorgó su colaboración para impulsar un diálogo constructivo y una salida democrática a la crisis. El expresidente Leonid Kravchuk rechazó cualquier mediación extranjera a través de estas palabras: «Aquí no tienen voz ni Estados Unidos ni Rusia, aquí habla Ucrania».

Así pues, una de las soluciones internas ha sido propuesta por el presidente del equipo de fútbol Dinamo de Kiev que ha planteado a los manifestantes y a los Berkut (cuerpo especial de policía antidisturbios) jugar un partido amistoso en el estadio Valeri Lobanovski para contener los ánimos tras semejantes enfrentamientos. Ambos frentes suelen echar partidillos alrededor del recinto para combatir el frío atroz que azota la capital, por lo que los rebeldes estarían dispuestos a tal desafío, sin embargo, los policías no parecen estar demasiado interesados. Habrá que seguir buscando más propuestas.

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